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Calorías: no todas son iguales

[dropcap style=»font-size: 78px; color: #ff7302;»]E[/dropcap]n un post anterior expliqué que las matemáticas calóricas no funcionan. Eso de sumar las calorías ingeridas y comparalo con las calorías quemadas, y si sale que hemos comido en exceso, engordamos, y si hemos comido menos que hemos quemado, adelgazado, suena muy lógico, puede que incluso muy científico, pero no funciona. En dicho post ya explicaba que el problema de esa “lógica calórica” es que se deja muchos factores importantes sin tener en cuenta. Y es que las calorías no son iguales entre sí. Bueno, como expliqué en otro post anterior, las calorías sí son iguales entre sí, porque son unidades de medida y, como tales, son conceptuales e idénticas unas de otras. Pero lo que no son iguales entre sí son eso a lo que llamamos calorías: la comida y el ejercicio físico, cuando los medimos en calorías.[pullquote]No todas las calorías son iguales… lo que hace que no tenga sentido hablar de comida o entrenamiento sólo en términos calóricos[/pullquote]

Los defensores de las matemáticas hablan en términos “comer 1.500 calorías”, o “quemar 1.500 calorías”. Bueno, pues eso no tiene sentido. Tiene tan poco sentido como hablar en kilos y recomendarle a alguien comer 400 gramos de comida, o decir que alguien ha quemado 700 gramos entrenando. ¿A que nadie hace eso con lo kilos?

La cuestión es que no todas las calorías son iguales.

 

 

 

Las calorías en la comida

 

Como explicaba en el post que he mencionado, las comidas tienen muchas propiedades aparte de su valor energético. Por ejemplo, hay comidas que sirven para crear músculo, y otras que son eficientes para suministrar energía a corto plazo, otras que suministran energía a más largo plazo, otras que se almacenan como grasa, etc. Todas ellas la podemos medir en calorías, y aparentemente los valores serían los mismos (si cogiésemos cantidades que sumasen igual número de calorías, se entiende), pero la realidad es que sus efectos sobre el cuerpo serían totalmente distintos.

Veámoslo con un ejemplo. Imaginemos que queremos comer 1.500 calorías al día, y una persona come esas 1.500 calorías con aperitivos fritos de bolsa, otra persona los come de fruta, otra persona los come de gominolas, otra persona los come de pasta, y otra persona los come de carne de ternera a la brasa con verduras. No hace falta ser un experto en nutrición para darse cuenta de que los efectos serían distintos de un caso a otro. Pues bien, en esto ejemplo he puesto algunos casos muy extremos (es evidente que nadie comería sólo gominolas durante todo el día), pero creo que se ha entendido la idea.

Además, no debemos olvidar lo comentado en anteriores post de que los valores de calorías que tomamos son teóricos, y no tienen por qué coincidir con la realidad (es decir, que un alimento tenga un determinado valor energético no significa que quien lo ingiera sea capaz de aprovechar todo ese potencial energético, aun suponiendo que dicho potencial energético estuviese medido correctamente de forma teórica).

Por tanto, para alimentarnos bien debemos tener en cuenta las distintas propiedades de las comidas, no sólo su valor energético. Y, de hecho, si tenemos en cuenta las propiedades de las comidas, nos podemos alimentar de forma sana y conseguir nuestros objetivos sin tener que contar calorías.

 

Las calorías en el ejercicio físico

 

Lo dicho para las comidas es aplicable al ejercicio físico. El cuerpo puede usar varios combustibles, fundamentalmente grasa, proteínas, ATP y glucógeno. Todos ellos se pueden medir en calorías, pero la realidad es que los efectos de quemar unos combustibles no tienen nada que ver con los efectos de quemar otros.

Imaginemos quemar 1.500 calorías corriendo fondo, con quemar 1.500 calorías levantando pesos con las tres rutinas que propongo en este post, con quemar 1.500 calorías haciendo los circuitos de interval training que propongo en este otro post. Evidentemente, los esfuerzos a los que se somete al cuerpo en esos entrenamientos es muy distinto en unos y otros, y, lógicamente, los efectos no tendrán nada que ver entre sí. Puede que se logre quemar un mismo número de calorías (teórico, tengámoslo siempre presente) haciendo cualquiera de esos entrenamientos, pero la realidad será que los efectos entre quemar esas calorías de una forma o de otra, tendrá unos efectos totalmente distintos.

 

CONCLUSIÓN

 

Las calorías son unidades de energía que sirven para medir el potencial energético de los alimentos, y la energía que quemamos entrenando.

Sin embargo, los alimentos tienen muchas propiedades además de su valor energético, lo que hace que no todas las calorías de los alimentos se puedan considerar iguales, pues tendrán unos efectos muy distintos según procedan de unos alimentos o de otros.

Igualmente, la energía consumida durante el ejercicio físico se puede medir en calorías, pero será muy distinto consumir la energía con un entrenamiento o con otro, aunque el resultado de ambos entrenamientos se pueda evaluar con un mismo número de calorías.


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4 respuestas a «Calorías: no todas son iguales»

[…] Y, además, se trata del valor energético teórico, pues que un alimento contenga un cierto potencial energético, no significa que quien lo ingiera aproveche todo ese potencial. Y la energía que se gasta en un entrenamiento también es teórica, y puede tener que ver muy poco con la realidad. Y no es lo mismo ingerir esas calorías de unos alimentos que de otros, ni quemarlas con unos entrenam…. […]

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